For over 30 years, the community of Christ the King on the Santiam served the community of Stayton, Oregon, and others in the Santiam Valley. In the late 1960s, a group of people began meeting in homes in Mill City, Oregon. The idea of a mission church serving the community in the Santiam Valley was proposed by the Rev. James Boston (a deacon serving in Salem at the time) to Bishop Bigliardi. In October of 1977, Christ the King had an opening service. On January 28, 1978, Christ the King was officially organized as a mission of the Episcopal Diocese of Oregon. The congregation of this mission worshipped for many years in the chapel at Regis Catholic High School in Stayton.
Community outreach was the hallmark of this dedicated congregation. As Linda Banister, the clerk of the Christ the King vestry, put it, “we have always been a congregation of quiet ‘do-ers,’ despite being one of the smallest parishes in the diocese.” The congregation supported the work of the food banks in Stayton, Mill City, and Mt. Angel with financial and volunteer assistance, provided transportation for Mexican migrant workers every Christmas, supported the Mill City senior community, knit blankets and beanies for children’s hospitals, and so much more. They even had a “Christmas Gang,” which chopped and delivered firewood, repaired roofs and fences, painted buildings, laid concrete, and assisted with several renovation projects in their community, including a renovation providing housing for migrant workers in Mt. Angel.
Several clergypersons served Christ the King in a part-time, non-stipendiary, and supply capacity. Christ the King also hosted an internship program for seminarians and new clergy for the summer. However, lay ministry was a cornerstone for the congregation. They developed a “Covenant for Our Life Together,” laying out the ways in which the community would worship and serve others together to further God’s mission to restore all people to unity with God and each other in Christ.
On October 2, 2020, members of Christ the King met to discuss options for continuing as a congregation after the retirement of the Rev. Tom Moehl, who served the congregation for 20 years. After careful consideration and discussion by the members, a conclusion was made that there was not the necessary energy to reform as a congregation and that it was best to dissolve. The care and concern of each member’s spiritual wellbeing is essential as they move forward.
“I would love to have known the faithful congregation of Christ the King, Santiam,” said Bishop Akiyama, “but even more I am touched and inspired by their full-embrace of Jesus’ teaching to ‘love your neighbor as yourself.’ The sadness that comes from closing this congregation has been transformed by our God who continues to create to make all things new. The love of the CTK congregation will live on in the community; theirs is a legacy of abundant life inspired by faith in Jesus Christ.”
True to their values, after their decision to dissolve, Christ the King members decided to donate all their remaining investment funds to local organizations, leaving behind their legacy as a congregation committed to serving others. Christ the King will be officially dissolved at the 133rd Annual Convention of the Episcopal Diocese of Oregon on Saturday, November 6, 2021.
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Se cierra la Iglesia de Cristo Rey en Santiam, Stayton, Oregon
Durante más de 30 años, la comunidad de Cristo Rey en Santiam sirvió a la comunidad de Stayton, Oregon en el Valle de Santiam. A fines de la década de 1960, un grupo de personas comenzó a reunirse en sus casas de Mill City, Oregon. La idea de una iglesia misionera al servicio de la comunidad en el Valle de Santiam fue propuesta al Obispo Bigliardi, por el Revdo. James Boston (que como diácono servía en Salem en ese tiempo). En octubre de 1977, la congregación de Cristo Rey tuvo su servicio de apertura. El 28 de enero de 1978, Cristo Rey, oficialmente se reconoció como una misión de la Diócesis Episcopal de Oregon. La congregación de esta misión tuvo sus servicios, durante muchos años, en la capilla de Regis Catholic High School en Stayton.
El alcance comunitario fue el sello distintivo de esta dedicada congregación. Como dijo Linda Banister, secretaria del Comité del obispo, de Cristo Rey, “siempre hemos sido una congregación tranquila de ‘trabajadores’ a pesar de ser una de las congregaciones más pequeñas de la diócesis”. La congregación apoyó el trabajo de los bancos de alimentos en Stayton, Mill City y Mt. Angel, con asistencia financiera y voluntaria, proporcionó transporte para los trabajadores migrantes mexicanos cada Navidad, apoyó a la comunidad de personas mayores de Mill City, tejió cobijas y gorritas para los hospitales de niños, y mucho más. Incluso tenían una “grupo navideño” que cortaba y entregaba leña, reparaba techos y cercas, pintaba edificios, colocaba concreto y ayudaba con varios proyectos de renovación en su comunidad, incluyendo uno que proporcionaba renovación a viviendas para los trabajadores migrantes en Mt. Angel.
Varias personas del clero sirvieron a Cristo Rey, de tiempo parcial, sin remuneración y como suplentes en los servicios. Cristo Rey también organizó un programa de práctica, para seminaristas y nuevos clérigos durante el verano. Sin embargo, el ministerio laico fue el cimiento para la congregación. Desarrollaron un “Pacto para Nuestra Vida Juntos”, que establecía las formas en que la comunidad celebraría el culto y serviría a otros, para juntos promover la misión de Dios de restaurar a todas las personas a la unidad con Dios y el uno al otro en Cristo.
El 2 de octubre del 2020, los miembros de Cristo Rey se reunieron para discutir opciones para continuar como congregación, después de la jubilación del Revdo. Tom Moehl, quien sirvió en la congregación durante 20 años. Después de una cuidadosa consideración y discusión por parte de los miembros, se llegó a la conclusión de que no había la energía necesaria para reajustarse como congregación y que era mejor llegar a su fin. Para seguir adelante es esencial el cuidado y la preocupación por el bienestar espiritual de cada miembro.
“Me hubiera encantado haber conocido a la fiel congregación de Cristo Rey, Santiam”, dijo la Obispa Akiyama, “pero aún más me conmueve e inspira su aceptación total de la enseñanza de Jesús de ‘amar a tu prójimo como a ti mismo’. La tristeza que viene de cerrar esta congregación, ha sido transformada, por nuestro Dios que sigue creando para hacer nuevas todas las cosas. El amor de la congregación Cristo Rey vivirá en la comunidad; es su legado de vida abundante inspirado por la fe en Jesucristo ”.
Fieles a sus valores, después de tomar la decisión de cerrar permanentemente, los miembros de Cristo Rey decidieron donar todos sus fondos de inversión restantes a organizaciones locales, dejando así su legado como congregación comprometida con el servicio a los demás. Cristo Rey se cerrará oficialmente en la 133a Convención Anual de la Diócesis Episcopal de Oregon, el sábado 6 de noviembre de 2021.